domingo, enero 27, 2008

DIBUJANDO EN TIERRAS EXTRANJERAS

Sí, no es lo mismo. Dibujar desde que tenía uso de razón(razón...!) sobre superficies tan eróticamente palpables es, física y sensorialmente, inigualable. Pero, ¿qué se siente dibujar, me he preguntado siempre, apartando la mirada del papel donde señorea la mano, y en su lugar entregarla al luminoso campo visual del monitor?. Extraño, muy extraño. Es como andar en una híbrida ciudad garcía-canclinesca, y dejar huellas que no lo son, sobre superficies que nunca han sido. Y aquí estoy, reinventándome, de nuevo, como Proteo lo hacía para no dejar rastros de sí; huyendo por avenidas hiper-saturadas de vínculos; y jugando en los campos del Señor, con sus pequeños dados de ceros y unos; labrando trazos sobre tierras prestadas, afuera del burgos de nuestros tiempos propiedad del Rey informático. Sí señor. Aquí ando, Abisué, sin embargo...cómo me gustaría que algún día todo esto se viniera abajo, y nos quedaramos solos, absolutamente solos con nuestras manos, y con nuestros pies sobre la tierra sin saber nada, absolutamente nada qué hacer. Lo perverso polimorfo no se me quitará nunca...je,je.